castañar de el Tiemblo
Es uno de esos rincones secretos que se acomodan en la memoria para hacernos volver una y otra vez. En otoño, el castañar de El Tiemblo viste sus mejores galas: ocres, amarillos y verdes para crear un escenario de ensueño, un paisaje recogido, húmedo y misterioso, habitado, desde hace cientos de años, por los mas formidables castaños de todo Gredos.
Se cuentan por decenas. Son ejemplares centenarios, enormes, macizos. Sus raíces gigantescas y su piel rugosa les confieren un aire ilustre y venerable. Su tamaño, descomunal, intimida a quien se acerca.